lunes, 10 de octubre de 2011

EFECTO INVERNADERO


Un invernadero es una construcción hecha especialmente para la reproducción de plantas, que requieren de una temperatura especial para su sano crecimiento. Son estructuras que cuentan con cristales en el techo, la función de estos cristales es atrapar la luz y radiaciones solares para que, como en una incubadora, el calor sea estable aún cuando en el exterior se presente un ambiente más frío.

De manera analógica, cuando el sol calienta la Tierra, ciertos gases en la atmósfera actúan como el cristal de un invernadero: atrapan el calor y mantienen el planeta lo suficientemente cálido como para favorecer la vida. Sin ellos, estaríamos sumidos en heladas temperaturas de –18ºC. Esto resulta muy favorable para que nuestras condiciones de vida sean adecuadas, siempre y cuando el efecto invernadero sea estable.

La atmósfera es prácticamente transparente a la radiación solar de onda corta, absorbida por la superficie de la Tierra. Gran parte de esta radiación se vuelve a emitir hacia el espacio y escapa de la atmósfera terrestre, pero otra parte de la radiación con una longitud de onda correspondiente a los rayos infrarrojos, tiende a ser reflejada de vuelta a la superficie del planeta por gases como el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los clorofluorocarbonos (CFC) y el ozono, presentes en la atmósfera.

Lamentablemente, en nuestros días esta estabilidad se ha perturbado. Los científicos han determinado que las concentraciones cada vez mayores de vapor de agua, clorofluorocarbonos (CFC), metano y dióxido de carbono estan dañando nuestro medio ambiente. Estos gases ahora se conocen con el término “gases invernaderos”, pues las cantidades engrandecidas de estos gases aíslan efectivamente a la tierra y evitan que el calor se escape. Esto está causando que las temperaturas globales aumenten a unos niveles alarmantes.

Los gases invernadero provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas, el carbón y por la quema de bosques tropicales por el método de cortar y quemar.

Algunos gases invernaderos, como el dióxido de carbono, aparecen naturalmente en la atmósfera. Pero los CFC (abreviatura de clorofluorocarbono) son el resultado directo de procesos industriales y la ingeniería química. Los CFC se encuentran en aerosoles, refrigerantes y aires acondicionados. Estos son mucho más dañinos que cualquier otro gas invernadero.
Se cree que los CFC son responsables de la destrucción de una parte de la atmósfera conocida como la capa de ozono. A una altitud aproximada de 10 km, el ozono es una capa protectora que reduce la cantidad de rayos ultravioletas que el sol manda a la tierra. Además de ser dañinos para nuestra piel, los rayos ultravioleta (rayos UVA) también contribuyen en gran medida al calentamiento global.
A pesar de la amenaza de los CFC, el dióxido de carbono es todavía el más dañino para nuestro medio ambiente. Esto se debe a que es el que se produce en mayor cantidad. De hecho, los niveles de carbón en la atmósfera terrestre han aumentado más de 30% desde que el hombre empezó a depender de los combustibles fósiles a partir de la revolución industrial, hace 160 años.





No hay comentarios:

Publicar un comentario